El té de manzanilla (Chamaemelum nobile) es casi tan antiguo como el ser humano. Lleva acompañándonos desde tiempos remotos. ¿qué tanto sabes de esta maravillosa planta?
El hecho de que todas las generaciones seamos fieles a la tradición de tomar té de manzanilla cada vez que la indigestión o el dolor de estómago nos acecha nos lleva a pensar que tal vez esta flor sea un auténtico elixir con numerosas propiedades medicinales.
¿Te gustaría conocer un poco más acerca de lo que el té de manzanilla es capaz de hacer por ti? En este artículo te contaremos cuáles son las propiedades más significativas de esta tisana 😉
Mejora la calidad del sueño
Sustituir cualquier fuente de cafeína por un té de manzanilla te ayudará a dormir y evitará que te despiertes durante la noche, especialmente si lo tomas durante las últimas horas del día.
Diversos estudios (como éste y éste) han demostrado que la manzanilla tiene algunas propiedades únicas que mejoran considerablemente la calidad del sueño. Al parecer, sus efectos sedantes se deben a que el té de manzanilla contiene apigenina, un tipo de antioxidante que se une a ciertos receptores del cerebro que promueven la somnolencia y reducen el insomnio y la ansiedad.
Promueve la salud digestiva
Es bien conocido por todos que la manzanilla mejora la digestión. También alivia los síntomas más incómodos asociados a ciertas afecciones gastrointestinales, como los gases, el reflujo y la acidez de estómago.
Además, se ha demostrado que el té de manzanilla es capaz de inhibir el crecimiento de ciertas bacterias que contribuyen al desarrollo de úlceras estomacales.
Podría proteger contra ciertos tipos de cáncer
Reduce los niveles de azúcar en sangre
Al parecer, consumir té de manzanilla es también recomendable para prevenir indeseables picos de glucosa en sangre después de comer.
Aunque la mayoría de los estudios que se han llevado a cabo sobre este posible beneficio del té de manzanilla todavía no han sido demostrados en humanos, los hallazgos son muy prometedores.
¡Es bueno para tu corazón!
El té de manzanilla contiene flavonas, un tipo de antioxidante con un interesante potencial para reducir la presión arterial y los niveles de colesterol. En este estudio, se llegó a la conclusión de que los pacientes que tomaban té de manzanilla con las comidas presentaron una mejora considerable de sus niveles de triglicéridos, colesterol total y LDL (el colesterol “perjudicial”), en comparación con aquellos que simplemente bebían agua.
¿Te gustaría descubrir por ti mismo los beneficios del té de manzanilla?
En este estudio sobre los efectos del té de manzanilla (que, además, fue realizado en México) se muestra una compilación de los principales beneficios, así como de las posibles contraindicaciones y/o interacciones del té de manzanilla.
Aunque se trata de una sustancia segura para la mayoría de nosotros (jamás se ha reportado ningún caso de toxicidad ni de reacciones adversas peligrosas), siempre es recomendable consultar con un médico la posibilidad de incluir el té de manzanilla en nuestra vida cotidiana.
Movidas por su intuición más certera (ese rasgo tan mágico, propio de las personas más mayores), nuestras abuelitas nos preparaban amorosamente una cálida taza de té de manzanilla cada vez que no nos sentíamos bien.
La combinación de su amor, la calidez de la tisana y la suavidad de su aroma convertían nuestra taza de té de manzanilla en un ritual tan reconfortante como relajante. Y esto explicaría una gran parte de sus propiedades curativas.
Pero con el paso del tiempo, la investigación científica ha terminado por demostrar eso que nuestras sabias abuelitas ya sabían: ¡el té de manzanilla tiene incontables beneficios para la salud!